El cálculo de impuestos

Toda persona física o moral debe llevar a cabo contribuciones fiscales y cumplir con sus obligaciones tributarias, es decir, pagar impuestos en tiempo y forma. Sin embargo, el cálculo de impuestos no es una tarea sencilla para todos, pues existen varios y diferentes impuestos que se deben pagar, dependiendo de la actividad empresarial que se realice, la zona, el producto o servicio que ofrezca y las ganancias que obtenga, entre otros factores. Adicional a esto, cada impuesto tiene sus propias tasas, porcentajes y condiciones, y la legislación fiscal cambia año tras año, a veces incluso cambia durante un mismo ejercicio.

Debido a estos constantes cambios y variaciones en los pagos de contribuciones es muy común que las empresas y empresarios tengan y sufran de problemas derivados de este constante sube y baja tributario y lo complejo que puede llegar a ser el cumplimiento en los pagos, registros y declaraciones de impuestos.

Afortunadamente, el cálculo de impuestos para algunas personas físicas no es tan complicado, pues la ley les da ciertos privilegios como llevar una contabilidad simplificada basada en ingresos y gastos, pero aún así existe cierta complejidad a la hora de hacer las operaciones aritméticas necesarias para determinar si hay o no impuestos por pagar. Por otro lado, las empresas deben contar con uno o varios contadores expertos en temas fiscales, capacitados y sobre todo actualizados, conocedores de las legislaciones actuales en materia fiscal y que cuenten con las herramientas y técnicas físicas, intelectuales e incluso tecnológicas para llevar a cabo su labor de la mejor manera posible, para así mantener a la empresa o empresario al corriente con sus obligaciones fiscales.

Pero, ¿por qué es tan difícil este proceso? Como se ha indicado, la primera dificultad se presenta con el hecho de que la legislación fiscal sufre constantes variaciones en diferentes aspectos. Un segundo punto a considerar es que cada contribuyente tiene condiciones particulares, lo que implica que sus obligaciones tributarias son igualmente particulares. Otra dificultad al respecto radica en que cada actividad empresarial puede implicar un pago de impuestos muy particular y diferente al pago o condiciones fiscales de cualquier otra entidad.

Es decir, existen diferentes impuestos y cada uno se aplica sobre diferentes productos, servicios o actividades, por lo tanto el cálculo de impuestos de una empresa que se dedica a la compra y venta de bienes es diferente al de una empresa que produce los bienes o de una que ofrece servicios. Asimismo, serán diferentes las condiciones fiscales de un pequeño empresario, poseedor de un pequeño negocio, como una panadería, tortillería, restaurante, tienda, farmacia o zapatería, que las condiciones de una mediana o gran empresa que cuenta con cientos, quizás miles de empleados, varias sucursales y su producción es a gran escala, incluso si ésta también es una panadería o tortillería.

La zona, el tipo de producto, los insumos, entre otros, también son variables a considerar para el pago de contribuciones. Las tasas de impuestos pueden variar dependiendo de la zona, el producto, el tamaño o el uso que se le dé. Por ejemplo la tasa o porcentaje de un impuesto para zonas fronterizas puede ser una y para el resto del país otra, el agua embotellada en presentaciones pequeñas puede tener una tasa diferente al agua embotellada superior en presentaciones mucho más grandes, artículos de oficina que se adquieren para decoración no son deducibles de impuestos, mientras que los artículos estrictamente necesarios para las labores de oficina, sí lo son, entre muchos otros ejemplos.

La parte administrativa también es muy importante, pues se debe tener perfectamente documentada cada operación que realice la empresa, es decir, cada nota de compra, factura de artículos, materias primas y mobiliario, contratos con proveedores, acreedores y clientes, recibos de nómina, arrendamiento y honorarios, notas y facturas de ventas, todo esto sin contar toda la documentación contable como pueden ser las hojas de cálculo, fichas de almacén y libretas contables. El orden, dedicación y paciencia en la administración de toda esta documentación es de suma importancia para llevar a cabo el cálculo de impuestos, pues toda la información requerida para ello es obtenida de dicha documentación, por lo que la falta de alguna factura o contrato puede resultar en un problema.

Otra cuestión muy importante a considerar es que de no pagar las contribuciones fiscales o de hacerlo de manera inadecuada, omitiendo o evadiendo impuestos, el contribuyente se puede hacer acreedor a una sanción económica e incluso más fuerte, en caso extremos, por ejemplo, el embargo. Algunas de las sanciones más comunes son las tasas de recargos por mora o prórroga, multas por omisión o recargos por actualizaciones. Por esto, para evitar gastos adicionales para un negocio o empresa, es de suma importancia que se cumpla con las obligaciones fiscales en tiempo y forma.

Adicional a todo lo anterior, se debe considerar que existen rangos y límites establecidos en cuanto a las utilidades de cada empresa se refiere y con base en dichos rangos se calcula la cantidad de la cuota y porcentajes a pagar de impuestos en cada ejercicio, aunque esto sólo se aplica en algunos tipos de impuestos, mas no en todos.

Como se puede ver, el proceso para conocer la cantidad de impuestos a pagar por cada contribuyente es sumamente complejo para las empresas, requiere de conocimientos amplios en el tema, paciencia en los procesos, organización casi obsesiva y, sobre todo, un gran profesionalismo y dedicación a la tarea.

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