Consecuencias de no presentar declaración fiscal

Debido a su naturaleza, es común pensar y pareciera que las obligaciones fiscales son tareas que todos los contribuyentes realizan sin falta, pues de lo contrario se pueden generar inconvenientes y problemas con las autoridades tributarias que ninguna empresa o empresario desearían tener.

Sin embargo, aunque parezca extraño, el porcentaje de personas que no cumplen con estas obligaciones es alto y las razones son diversas. Algunas personas no cumplen con algunas o todas sus obligaciones por ignorancia, otras por falta de interés, atención o información y otras de manera total y absolutamente intencional.

Sea cual sea la razón, todo contribuyente debe estar consciente que no llevar a cabo y presentar la declaración fiscal ante el SAT puede tener consecuencias que afecten al empresario o empresa de manera considerable, sobre todo en el aspecto financiero, pero hay otros rubros que también se pueden ver afectados.

De hecho, no es necesario incumplir por completo con las obligaciones tributarias, basta con no hacerlo a tiempo para experimentar y sufrir las consecuencias de no cumplir de manera cabal y en tiempo con las obligaciones y fechas impuestas por el Sistema de Administración Tributaria. No presentar las declaraciones en las fechas correspondientes y con las características indicadas por el SAT puede tener consecuencias monetarias como multas, intereses y sanciones, pero también puede haber consecuencias de otro tipo que pueden afectar a la empresa involucrada.

Existen dos posibilidades. La primera es que en caso de incumplir con esta obligación fiscal en la fecha establecida por el fisco, es posible que el contribuyente presente su declaración de manera voluntaria en los días posteriores. Al hacer esto la persona o empresa se hará acreedora a una multa menor, no tan considerable.

Sin embargo, en caso de presentar de manera extemporánea la declaración fiscal y que esta presente un saldo a cargo del contribuyente, habrá un porcentaje aplicable por recargos, que puede estar alrededor del 1.3% sobre el monto. Una vez que el contribuyente realice el pago de impuestos, este se realizará con el monto actualizado, es decir, con el recargo ya aplicado.

La segunda posibilidad se da cuando la empresa o empresario no presenta su declaración en la fecha establecida y tampoco lo hace en los días posteriores. En este caso las autoridades fiscales detectan de manera rápida esto (gracias a las nuevas tecnologías implementadas en la plataforma del SAT), entonces envían un requerimiento al contribuyente para que cumpla con sus obligaciones. Una vez que esto suceda el contribuyente se hará acreedor a una multa mucho mayor y de igual forma tendrá que pagar el monto de impuestos actualizado con los recargos por demora aplicados.

Las multas impuestas por el Sistema de Administración Tributaria varían dependiendo del caso y pueden ser desde 1,240 pesos y ascender hasta los 15,430 pesos. Pero estos montos únicamente aplican cuando el contribuyente presenta su declaración de manera extemporánea y sin notificación. En caso de recibir un requerimiento por parte de las autoridades tributarias, el monto puede ascender hasta los 30,850 pesos.

Las cantidades que se determinan a pagar en las multas dependen en gran medida del contribuyente, su historial, el tiempo de retraso, entre otros factores. Por ejemplo, si es la primera vez que la empresa o empresario tiene un retraso, la multa será baja en comparación con la multa que se impone a un infractor recurrente o reincidente. Cabe mencionar que presentar en tiempo y forma la declaración fiscal otorga el beneficio a los contribuyentes de pagar los montos en mensualidades, que pueden ser hasta seis. No obstante, este beneficio se anula si no se cumple con la obligación en las fechas establecidas y con las características requeridas.

En algunos casos las sanciones por no cumplir con las obligaciones tributarias pueden ser más severas. Por ejemplo, si se trata de una empresa o empresario que cuenta con permisos para la importación de productos o materias primas, dichos permisos se cancelan, impidiendo al contribuyente realizar dicha actividad. En casos extremos de reincidencias incluso se puede eliminar a la empresa o persona del Padrón de Importadores.

Si esto llegara a suceder, la persona tendría que realizar de nuevo todos los trámites y procedimientos para ingresar de nuevo al padrón y recibir los permisos, empezando por el envío de la solicitud. La reincorporación al padrón, sin embargo, no está garantizada, pues la autoridad correspondiente debe valorar el caso y dar una respuesta afirmativa o negativa. Cabe mencionar que en la actualidad, el incumplimiento de las obligaciones fiscales es registrado en el historial crediticio de la persona o empresa, por lo que se convertiría en un problema e incluso un impedimento para solicitar y obtener cualquier tipo de crédito.

Pero hay otras consecuencias que también pueden derivar del incumplimiento de esta obligación. Si la autoridad fiscal realiza tres requerimientos de cumplimiento y no recibe respuesta, Hacienda puede determinar un crédito fiscal. Asimismo, el incumplimiento de esta obligación le otorga el derecho al SAT de solicitar información de la empresa o persona para fiscalización de hasta 10 años. Por todas estas razones, la mejor opción sin duda es olvidar las dos mencionadas aquí y sus consecuencias correspondientes y optar por una tercera alternativa que resulta mucho mejor: presentar en tiempo y forma la declaración fiscal.

Además, si existe cualquier duda o inconveniente o no se tiene el conocimiento para llevar a cabo el procedimiento, existen empresas que lo hacen por el contribuyente y una de ellas es Contabilízate, la mejor empresa de servicios contables por internet, la empresa que ha ayudado a muchos contribuyentes a dormir tranquilos, pues saben que su contabilidad está en las mejores manos.

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